El municipio, como modelo de organización política, ha tenido diversas respuestas, según se haya puesto el acento en la "tradición" o en la "razón". Asi pués, para la solución historicista adscripta al realismo político, el municipio es la institución natural, de jerarquía política, que asume el gobierno local. Para la solución racionalista el municipio es apenas una entidad de creación normativa, de jerarquía sólo administrativa que tiene a su cargo la administración local. A través de los tiempos se sucedieron sin solución de continuidad una y otra receta. En algunas oportunidades se pretendió otorgar al municipo un cúmulo, quizás excesivo, de atribuciones, ya que se consideraba contenida en la célula vital de la democracia, entendiéndose que el municipio es a la libertad lo que la escuela primaria a la ciencia, que el municipio es el primer teatro donde por su inmediatez los ciudadanos ejercitan sus derechos ;democráticos. En esos tiempos el municipio representaba la realización de la democracia a escala local, que se articulaba cívicamente desde abajo hacia arriba. Otras veces, cuando soplaron aires de centralización, el municipio fue sólo una institución meramente formal, huérfana de misiones, absorbida por las técnicas concentradoras del poder, llamadas según las circunstancias: provincialización o nacionalización. En una exégesis temporal el municipio lfue "poco", al menos en los hechos, porque se acudió a la receta de la nacionalización de los servicios públicos, más allá del rescate de lo propio de manos del capital extranjero. Se "argentiniza" pero concentración del poder en el Estado nacional, en desmedro de las provincias, de los municipios, de las cooperativas y de todas las sociedades intermedias. Hoy es "algo", en tanto se le ha confiado la adminsitración de intereses y servicios locales, pero no llega s ser má, pués aún se le niega incumben cia en otros servicios vitales para la comunidad que exceden el marco tradicional de prestaciones públicas, y porque todavía no accede al rol protagónico que debe cumplir en el campo político como auténtico gobierno local. Por último, pensamos que en el futuro debe ser "todo" en tanto le corresponde la misión y función integral de las prestaciones de los servicios públicos; no sólo de los clásicos: barrido, limpieza, alumbrado, educación cívica, protección del medio ambiente, desarrollo urbanístico, defensa del patrimonio histórico y de los intereses económicos. El municipio deberá convivir con la provincia, que representa la descentralización política, y con la región, que deberá reflejar la descentralización económica. ¿Qué es lo que corresponde realizar al municipio por suy proximidad al ciudadano, al habitante, al usuario?. Queda sin dudas en sus manos la competencia territorial vecinal exclusiva en materia de obras, servicios e intereses locales. Contenido: Introducción, Capítulo I. Los vecinos, Capítulo II. La vida local, Capítulo III. Ciudad y conciudadano, Capítulo IV. Derechos de la ciudad, Capítulo V. Autonomía municippal, Capítulo VI. El cabildo cotidiano, Capítulo VII. La ciudad capital, Capítulo VIII. La policía municipal, Capítulo IX. Municipio y urbanismo, Capítulo X. El medio ambiente vecinal, Capítulo XI. Empresas públicas municipales, Capítulo XII. Contrataciones municipales, Capítulo XIII. El municipio en las constituciones provinciales.PJD.

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