Se examina el papel de la Presidencia en el sistema político argentino, considerando los aspectos constitucionales y el ejercicio de la institución en relación con los otros poderes, especialmente el Legislativo. Se reseña el desarrollo moderno de la organización presidencial, y se discuten los problemas del presidencialismo y las alternativas para fortalecer la viabilidad del sistema.La primera parte del trabajo examina el rol de la Presidencia en el sistema político argentino, a partir de la Constitución de 1853. Se describen los cambios ocurridos en la segunda mitad del siglo XX y se comenta en detalle el Pacto de Olivos y la reforma a la Constitución Nacional de 1994. Se señalan las ventajas que presenta el sistema presidencialista, así como las apreciaciones críticas que se recogen sobre el mismo, y se consideran sus perspectivas para el futuro.Las segunda parte del trabajo estudia las relaciones del Presidente con los otros poderes del Estado, especialmente con el Poder Legislativo. Se hace referencia a la iniciativa y al veto presidencial, a los decretos de necesidad y urgencia. Se adelantan algunas conclusiones sobre este tema, entre las que se destacan la importancia de mantener la autonomía del Poder Judicial y la conveniencia de fortalecer el Poder Legislativo.En su tercera parte, el trabajo se refiere a la organización de la oficina presidencial, exponiendo los diferentes arreglos organizacionales ocurridos en la Presidencia desde la década de los cuarenta. Se bosqueja un perfil reciente de las presidencias de Alfonsín y Menem, se alude al escaso nivel de innovación organizativa que ha prevalecido en el ámbito presidencial en la última década, a pesar de los importantes antecedentes del pasado.El capítulo cuarto revisa la actuación de la Presidencia en la formación y ejecución de las políticas públicas centrales, identificando los principales problemas y las posibles alternativas. Se presentan los problemas del presidencialismo aplicables a la experiencia argentina y las respuestas que los mismos pueden obtener si se procura, por una parte, la consolidación del sistema democrático, y por otra parte, las mejores condiciones para el desempeño presidencial, con el fin de promover políticas públicas efectivas. Asimismo, se exponen los desafíos que se le plantean a la Presidencia en un contexto moderno, y que requieren ser resueltos a través de políticas públicas.Se concluye que la experiencia de la institucionalidad democrática a partir del Pacto de Olivos permitió visualizar una reforma constitucional consensuada entre los partidos con mayor predicamento, incorporando mecanismos que apoyan el proceso de consolidación. Como consecuencia, el contexto institucional de la Presidencia aparece mejorado, y se presenta con mayor firmeza la demanda de desarrollo de estructuras de trabajo que aseguren una mejora en el proceso de políticas públicas. El documento se acompaña de un anexo con la reseña de los presidentes en la historia republicana de la nación. C.S./M.T.

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