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Convenio marco de cooperación y asistencia técnica recíproca entre la Subsecretaría de la Gestión Pública, el Instituto Nacional de la Administración Pública y la Universidad Nacional de Salta

Por: Ivancich, Luis NorbertoDetalles de publicación: Buenos Aires Fundación de Estudios para Argentina en Crecimiento 1989Descripción: 49 pTema(s): COGESTION | DESCENTRALIZACION | INFORMATICA | PERSONAL PUBLICO | PROPUESTA | PROYECTOS | REFORMA ADMINISTRATIVA | REFORMA DEL ESTADO | SISTEMAS DE INFORMACION | ARGENTINAOtra clasificación: INAP-AR:CONV.2.013 Resumen: Proyecto de reforma administrativa que tiene por objetivo transformar, jerarquizar y fortalecer el rol del estado y descentralizar, desburocratizar y mejorar la eficiencia de su gestión. Trata los siguientes aspectos: la administración pública, breve descripción del esquema orgánico, privatizaciones, modernización y la verdadera reforma administrativa del estado; la problemática administrativa del sector público y los sistemas de información; los empleados del estado y el problema del gasto público; área informática; medidas propuestas. Si bien se tiene claramente asociada la palabra "revolución" al concepto de cambio, se utiliza el término con la acepción: "mudanza o nueva forma en el estado o gobierno de las cosas". Para que los conceptos no se confundan, se recurre otra vez a la fuente natural del lenguaje y allí se encuentra que administrar es, en diferentes acepciones: 1) gobernar, ejercer la autoridad o el mando sobre un territorio y sobre las personas que lo habitan, 2) ordenar, disponer, organizar en especial los bienes, 3) suministrar, proporcionar o distribuir alguna cosa, 4) graduar o dosificar el uso de alguna cosa para obtener mayor rendimiento de ella o para que produzca mayor efecto. Con estas bases terminológicas nace el concepto de "Revolución Administrativa", en la necesidad de un cambio en la administración del gobierno, hacia afuera y hacia adentro, no como una fórmula publicitaria como podría ser el "modernizar" del radicalismo, ni como un concepto generalizador liberal de "privatizar", sino como una idea que al tomar forma sólo reconoce en el pragmatismo su método de realización. Pero en algo hay acuerdo: este estado no sirve, este estado no va más. Para algunas cosas es un pulpo que absorbe y frustra los mejores esfuerzos y para otras es un gendarme que mira hacia el otro lado cuando se necesita su actuación. El estado existe, es necesario, es la herramienta para administrar, se debe poner al servicio de los hombres que toman la responsabilidad del gobierno y al servicio de la comunidad, y se sabe que la burocracia, la falta de control, la desvalorización del empleado y la gestión pública han creado una situación de enfrentamiento a "molinos de viento", en donde los políticos que ejercen el gobierno, los legisladores, los jueces, los funcionarios, no pueden hacer nada y se enredan con expedientes kilométricos. Las empresas privadas deben inventar caminos alternativos para agilizar o eludir leyes, disposiciones y normas burocráticas que se contradicen y los usuarios..., los pobres usuarios esperan pacientemente. Es también claro que este estado de descontrol facilita la tarea de los corruptos y permite la existencia de desequilibrios, inequidad e inmoralidades. Para revertir esta situación, sin esconder la cabeza como el avestruz, sin asustarse por las palabras fuertes, es que se piensa en la "Revolución Administrativa", un cambio imprescindible para hacer crecer la Nación Argentina, para que se pueda gobernar, para que todos sean beneficiarios de la "comunidad organizada". Se ha planificado esta revolución con esquemas totalmente prácticos, sin entrar en teorías ni administrativas ni del estado. Se trata, entonces, de transformar, jerarquizar y fortalecer el rol del estado, y de descentralizar, desburocratizar y mejorar la eficiencia de su gestión. Introducir un sistema de propiedad comunitaria para superar la antinomia entre propiedad estatal y privada y contribuir así a democratizar más profundamente el poder económico. Se rechazan las burocracias que se han enquistado en el estado y que viven a su amparo. Contra ellas, se propone el sistema de administración pública cogestionaria, que busque rescatar el principio de dignidad y responsabilidad del trabajador estatal. BINAP8578
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Proyecto de reforma administrativa que tiene por objetivo transformar, jerarquizar y fortalecer el rol del estado y descentralizar, desburocratizar y mejorar la eficiencia de su gestión. Trata los siguientes aspectos: la administración pública, breve descripción del esquema orgánico, privatizaciones, modernización y la verdadera reforma administrativa del estado; la problemática administrativa del sector público y los sistemas de información; los empleados del estado y el problema del gasto público; área informática; medidas propuestas. Si bien se tiene claramente asociada la palabra "revolución" al concepto de cambio, se utiliza el término con la acepción: "mudanza o nueva forma en el estado o gobierno de las cosas". Para que los conceptos no se confundan, se recurre otra vez a la fuente natural del lenguaje y allí se encuentra que administrar es, en diferentes acepciones: 1) gobernar, ejercer la autoridad o el mando sobre un territorio y sobre las personas que lo habitan, 2) ordenar, disponer, organizar en especial los bienes, 3) suministrar, proporcionar o distribuir alguna cosa, 4) graduar o dosificar el uso de alguna cosa para obtener mayor rendimiento de ella o para que produzca mayor efecto. Con estas bases terminológicas nace el concepto de "Revolución Administrativa", en la necesidad de un cambio en la administración del gobierno, hacia afuera y hacia adentro, no como una fórmula publicitaria como podría ser el "modernizar" del radicalismo, ni como un concepto generalizador liberal de "privatizar", sino como una idea que al tomar forma sólo reconoce en el pragmatismo su método de realización. Pero en algo hay acuerdo: este estado no sirve, este estado no va más. Para algunas cosas es un pulpo que absorbe y frustra los mejores esfuerzos y para otras es un gendarme que mira hacia el otro lado cuando se necesita su actuación. El estado existe, es necesario, es la herramienta para administrar, se debe poner al servicio de los hombres que toman la responsabilidad del gobierno y al servicio de la comunidad, y se sabe que la burocracia, la falta de control, la desvalorización del empleado y la gestión pública han creado una situación de enfrentamiento a "molinos de viento", en donde los políticos que ejercen el gobierno, los legisladores, los jueces, los funcionarios, no pueden hacer nada y se enredan con expedientes kilométricos. Las empresas privadas deben inventar caminos alternativos para agilizar o eludir leyes, disposiciones y normas burocráticas que se contradicen y los usuarios..., los pobres usuarios esperan pacientemente. Es también claro que este estado de descontrol facilita la tarea de los corruptos y permite la existencia de desequilibrios, inequidad e inmoralidades. Para revertir esta situación, sin esconder la cabeza como el avestruz, sin asustarse por las palabras fuertes, es que se piensa en la "Revolución Administrativa", un cambio imprescindible para hacer crecer la Nación Argentina, para que se pueda gobernar, para que todos sean beneficiarios de la "comunidad organizada". Se ha planificado esta revolución con esquemas totalmente prácticos, sin entrar en teorías ni administrativas ni del estado. Se trata, entonces, de transformar, jerarquizar y fortalecer el rol del estado, y de descentralizar, desburocratizar y mejorar la eficiencia de su gestión. Introducir un sistema de propiedad comunitaria para superar la antinomia entre propiedad estatal y privada y contribuir así a democratizar más profundamente el poder económico. Se rechazan las burocracias que se han enquistado en el estado y que viven a su amparo. Contra ellas, se propone el sistema de administración pública cogestionaria, que busque rescatar el principio de dignidad y responsabilidad del trabajador estatal. BINAP8578

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