Tipo de ítem | Biblioteca actual | Solicitar por | Estado | Fecha de vencimiento | Código de barras |
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Libro |
Biblioteca Central
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INAP-AR:D.6/115 | Disponible | 009155 |
Publicado también en Boletín de Resúmenes del CLAD, Vol. 7 No. 1 (Sep. 1990)
Se exponen aspectos conceptuales del proceso de descentralización en América Latina, se comentan sus orígenes y su dinámica, y se examinan cuestiones operacionales del mismo. Se reseñan las experiencias de descentralización del servicio de salud, haciendo referencia a las políticas mexicanas y peruanas en este campo. Las respuestas a los por qué de la descentralización pueden agruparse en cuatro grandes áreas: a) la revolución tecnológica; b) el proceso de democratización o redemocratización en América Latina; c) el proceso de privatización de empresas estatales y de desregulación de la actividad del Estado; y d) la reforma del Estado impulsada ante la obsolescencia del aparato estatal, de la crisis económica y de la ofensiva neo-liberal desacreditadora de la intervención reguladora del sector público. En lo que se refiere al para qué de la descentralización, puede señalarse en primer lugar el acercamiento de la sociedad civil al Estado, y en segundo término la presencia activa de la sociedad civil en el sistema decisional a través de la participación popular. Descentralización y democratización política y social avanzarán conjuntamente si la sociedad civil está plenamente presente y puede influir en las determinaciones de la organización estatal. Para ellos es preciso ampliar el campo de los derechos y libertades, lograr la incorporación progresiva de los sectores excluidos y marginados y mantener un mayor control y participación populares en la actuación de las administraciones públicas. En este contexto adquiere importancia la participación de nuevos actores, como son las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) y los Organismos de Base. En todo caso, el Estado no puede ser sujeto pasivo neutral cuando propone un proceso descentralizador, sino que debe conducirlo de modo que asegure una profunda reorganización del poder. Desde el punto de vista operativo, según Borja, es preciso avenzar en forma sistemática desde un nivel de proposición hasta la concreción final del plan. EL prerrequisito inicial es que el Estado sea democrático, honesto y eficiente. La segunda etapa, es la definición del marco legal. La tercera etapa se refiere a la definición del ámbito espacial de la descentralización. La cuarta se vincula con la definición de competencias y funciones. La quinta etapa discute los procedimientos de la descentralización. Las políticas de descentralización del servicio de salud en los países de América Latina son relativamente nuevas. Los modelos de descentralización de la salud pública en los casos mexicano y peruano que se comentan, no se programaron como acciones aisladas, sino en el contexto de la reforma del modelo institucional del Estado. Se concluye señalando que la descentralización en América Latina es un proceso en experimentación y que la evaluación permanente de los planes en marcha y la voluntad de democratizar el Estado harán posible afirmar y diseminar los auténticos programas de descentralización. A.S./J.C.
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