Publicado también en Boletín de Resúmenes del CLAD, Vol. 4 No. 4 (Jun. 88)

El documento contiene la ponencia de Brasil ante el Seminario Regional sobre "Reestructuración económica en América Latina ..." realizado en México, en abril de 1988. Investigando los orígenes de la inflación brasileña, el gobierno se dió cuenta de que los gastos del sector público federal, financiados en gran parte por recursos de terceros, eran un factor importante en el crecimiento del los precios. Decidió, entonces, crear un órgano central que le permitiera conocer mejor sus empresas y determinar y controlar sus gastos. Así, en 1979 surge la SEST cuya función básica es la de controlar los gastos a nivel agregado; lo central es decidir el monto de los gastos del conjunto de empresas -no consideradas individualmente- teniendo como referencia y factor limitante el aspecto macroeconómica y la política económica elaborada y decidida para el país. A pesar de las restricciones a que están sometidos los órganos de control, y a pesar de los errores cometidos por la propia SEST, su existencia fue importante para mejorar el crecimiento del sector empresarial del estado y para lograr su inserción en un contexto de crisis y restricciones. Queda claro, cuando se evalúa la labor de la SEST, que hay que desarrollar mucho más el aspecto cualitativo del control. Al mismo tiempo que se busca una mejor asignación de recursos, a partir de diagnósticos sectoriales y de una efectiva priorización de las inversiones, es necesario que los precios y tarifas públicas sean corregidos de acuerdo con la evolución de sus costos, teniendo en consideración los patrones internacionales. Es necesario que las empresas no sean violentadas en esa necesidad de corrección de sus precios y que tampoco la sociedad sea violentada, cosa que sucede cada vez que los costos de la ineficiencia son traspasados a los consumidores. Quizás sea éste el desafío más importante que se plantea para el sector empresarial del estado, y esto pasa por medir y evaluar su desempeño. Una de las maneras de medir este desempeño es a través de las ganacias y de otros indicadores económico-financieros. En el caso de Brasil, las principales empresas son monopolios lo que hace muy difícil evaluar si los precios reflejan realmente los costos de empresas eficientes. No existe, pues, mercado comparativo para medir esta eficiencia. Ello impone de manera imperiosa la necesidad de investigar indicadores físicos a partir de los cuales se pueda medir la productividad de este sector. Actualmente se trabaja en ello. En una etapa posterior se trabajará en las comparaciones internacionales. Disponiendo de medidas adecuadas se crean las bases para mejorar el aspecto cualitativo en las relaciones de control. Sólo los criterios realmente objetivos dan base sólida a un adecuado juicio cualitativo. Con respecto a las perspectivas del SEP, es importante señalar que el proceso de privatización de algunas empresas será dinamizado; pero ello no obedece a un criterio político sino a una mera necesidad económica: Brasil necesita imperiosamente reducir su déficit público y su deuda externa: el acceso al crédito externo es cada vez más difícil; y las empresas necesitan financiar inversiones; el único recurso que queda es aceptar capitales privados en el marco de un sistema mixto. Se anexan cuadros estadísticos y los indicadores físicos del desempeño y productividad de las empresas estatales. S.S.

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