Publicado también en Boletín de Resúmenes del CLAD, Vol. 4 No. 3 (Mar. 88)

El documento fue presentado en el Coloquio Internacional sobre Gerencia de Programas Sociales Masivos, organizado en Argentina, en noviembre de 1987. En él se expone el plan de rehabilitación elaborado en Colombia como instrumento de la política de reconciliación y normalización definida por el gobierno en el marco del programa de cambio económico, social, político e institucional. El plan nacional de rehabilitación va dirigido a ciertas áreas específicas del país y su diseño se enmarca en las estrategias de desarrollo definidas por el gobierno las cuales se orientan a la erradicación progresiva de la pobreza absoluta en todo el país. Más concretamente, la política de normalización apunta a la reincorporación de los alzados en armas a la vida civil del país lo que implica el diálogo con dichos sectores, reformas que permitan deslegitimar la vía armada como medio para acceder al poder y, finalmente, el uso legítimo de la fuerza contra aquellos que recurran a las armas para subvertir el orden público. En ese contexto se elaboró el plan de rehabilitación que, más que un plan contra la violencia, es considerado como un plan contra la pobreza que es la que alimenta la existencia de los grupos armados. El modelo de desarrollo definido por el gobierno considera dos componentes básicos: por un lado la erradicación de la pobreza absoluta y, por otro lado, la rehabilitación nacional. El plan nacional de rehabilitación va dirigido, entonces, a las personas y zonas afectadas por la pobreza y desintegradas del progreso económico del país; en este sentido, se trata de generar ingresos estables para los sectores más desprotegidos. Para lograr este objetivo se ha delineado una estrategia de desarrollo regional consistente en descentralizar tanto el diseño como las decisiones gubernamentales para beneficiar a los sectores más desprotegidos. Se contemplan las siguientes acciones: 1) A nivel económico, remover los obstáculos clave que se oponen al proceso de desarrollo; 2) A nivel físico-espacial, integrar física, económica y socialmente a las diferentes regiones; 3) A nivel social, satisfacer las necesidades básicas de la población y lograr una presencia estatal efectiva y una plena vigencia de las instituciones. La dirección y coordinación del plan de rehabilitación le corresponde a la consejería presidencial para la reconciliación, normalización y rehabilitación a través de la Secretaría de Integración Popular; dicha Secretaría diseña y programa los aspectos operativos, financieros, sectoriales y de seguimiento del plan. Este funciona dentro de un esquema de tres niveles: uno de formulación y control posterior de programas y proyectos; otro de ejecución; y otro de coordinación y asesoría. El plan pondrá en marcha y reforzará un conjunto de instrumentos de tipo operativo, institucional y de concertación que hagan viable su ejecución; entre ellos cabe destacar los consejos de rehabilitación a nivel departamental, intendencial, comisarial y municipal y los planes regionales que son los que deben canalizar las aspiraciones locales y dar pautas de una estrategia de desarrollo auto-sostenido de cada una de las regiones del país. S.S.

Español