La administración electrónica, los e-servicios administrativos, el e-government, son términos habituales en los proyectos actuales de tecnologías de la información y las comunicaciones en todos los niveles de la administración, cabe decir incluso que es difícil encontrar uno de esos proyectos en el que no se cite alguna de esas expresiones.La Cumbre de Lisboa, de marzo de 2000, ha contribuido sin duda al incremento de interés por parte de las administraciones en avanzar en el desarrollo de servicios de gobierno electrónico. El objetivo temporal (2003) señalado en esa reunión es demasiado próximo.Muchas administraciones locales llevan un cierto camino avanzado. Las páginas web, los servicios de información, algunos servicios de participación e incluso la puesta en marcha de sistemas automatizados de prestación de servicios. Pero más allá de los primeros pasos, el camino se torna de especial dificultad. La prestación de servicios electrónicos no es un problema tecnológico. Muy al contrario, se puede afirmar que en general, la disponibilidad de tecnología es muy grande, mucho más que las posibilidades organizativas de utilizarla. La dificultad está del lado de la organización y los procesos.Se hace muy difícil disponer de mecanismos para prestar servicios públicos en Internet, si éstos no han sido previamente orientados a ello y han sido despojados de algunos requerimientos "legales" que lo impiden. Los aspectos legales y normativos en nuestro país están siendo desarrollados a buen ritmo, incluso anticipándonos a otros países con mayor tradición en el uso de estos sistemas en la administración pública.La tarea por tanto más importante para avanzar en el e-government es la normalización, estandarización de métodos de trabajo, mejora de los mecanismos de control y simplificación del interfaz con el ciudadano. La utilización en la administración local de nuevas tecnologías no determina en sí misma una mejora de los procesos o una mayor facilidad para la extensión de servicios electrónicos, sino que debe ser incluida dentro de una estrategia de modernización que incorpore otras actuaciones relativas a la modificación y simplificación de procesos administrativos, reforma de normas y procedimientos, y en definitiva que suponga el establecimiento de un marco organizativo capaz de dar soporte a la administración electrónica.El proceso de modernización debe apoyarse, al menos, en cuatro pilares: liderazgo social, planificación estratégica, nuevas formas de colaboración y establecimiento de sistemas de calidad. El liderazgo social tiene que permitir que las decisiones políticas se incorporen a la cultura de la organización y que trasciendan a la sociedad a la que deben dar servicio. La planificación estratégica debe ser el sustento para organizar la actividad y focalizar la organización hacia la consecución de los objetivos definidos por el equipo de gobierno. El uso de nuevas formas de colaboración y partenariado, la introducción del concepto de innovación, los diferentes sistemas de relación con el sector privado han de suponer la aceptación de nuevos modos de gestión en la administración local. La implantación de sistemas de control de los procedimientos y la actividad, y de aseguramiento del nivel de calidad en la prestación de servicios públicos tienen que proporcionar el método de análisis y obtención de indicadores para la mejora continua.

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