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El desarrollo del Plan CAT21 : los retos futuros

Por: Estapé-Triay, SalvadorColaborador(es): Centro Latinoamericano de Administración para el Desarrollo (CLAD) | Congreso Internacional del CLAD sobre la Reforma del Estado y de la Administración Pública, 7 LisboaDetalles de publicación: Barcelona Generalitat de Cataluña. Departamento de la Presidencia. Pla Governamental CAT21 2002Descripción: 16 pTema(s): ACCESO A LA INFORMACION | ADMINISTRACION LOCAL | ATENCION AL PUBLICO | CONGRESO CLAD 7-2002 | EVALUACION DE PROYECTOS | IMPLEMENTACION DE PROYECTOS | MODERNIZACION DE LA GESTION PUBLICA | POLITICA DEPARTAMENTAL | PRESUPUESTO POR PROGRAMAS | ESPAÑAOtra clasificación: INAP-AR:CD 45 Congreso VII Resumen: El Plan CAT21 nace en el año 2000 con el objetivo de modernizar la administración catalana para adaptarla a los retos que plantean los cambios tanto a escala global como local. El Plan nunca fue concebido como un proceso cerrado, de contornos bien definidos, sino que se configuró alrededor de unas pocas directrices que mantienen la orientación de un trayecto que, necesariamente, es de largo recorrido. La razón de este planteamiento hay que buscarla en la convicción profunda de que el cambio en las organizaciones públicas es extremadamente complejo y que sólo es posible si se cuenta con la complicidad de sus trabajadores. Por tanto, parece evidente que cualquier proyecto consistente en un marco cerrado no es la mejor manera de conseguir el éxito deseado.Es sobre la base del razonamiento antes expresado que el plan se configura en fases, cada una de ellas con sus propios objetivos. En un primer momento, se definieron tres fases que debían poner los cimientos sobre los que desarrollar el proyecto. En la primera fase se trabajo en la propuesta de definición de los llamados objetivos gubernamentales u objetivos compartidos por el conjunto de la organización. Durante la segunda fase se validaron internamente, por el conjunto de la organización, los objetivos compartidos y definición de objetivos secundarios o derivados. Aquí destaca la puesta en marcha de los llamados "Grupos de Trabajo Interdepartamentales", que se constituyen como los verdaderos motores del cambio. Finalmente, en la tercera fase se definieron los instrumentos que permitirán la implementación de los objetivos del Plan, que son básicamente cuatro: los proyectos interdepartamentales, la introducción del presupuesto por programas, el cuadro de mando integral y la comunicación pública de la información.Ahora, podemos concluir que los principales objetivos de cada una de estas fases han sido alcanzados. Por tanto, nos planteamos ya los nuevos pasos a seguir en lo que serían las fases sucesivas del Plan. La próxima -cuarta fase-, que debería abarcar los trabajos comprendidos entre los años 2003 y 2004, es la de consolidación de los cuatro instrumentos previstos en la tercera fase.El carácter estratégico del Plan obliga a continuar replanteando los objetivos y procedimientos más adecuados en cada fase, no únicamente pensando en aquello que puede ser óptimo a corto plazo, sino también considerando las implicaciones de las decisiones a medio plazo. Es evidente que el impulso en cada fase dependerá del conocimiento y de l os puntos de apoyo conseguidos en fases anteriores, pero también de las perspectivas e ilusiones que seamos capaces de ofrecer en cada momento.
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INAP-AR:CD 45 Congreso VII Navegar estantería (Abre debajo) Disponible 008699

El Plan CAT21 nace en el año 2000 con el objetivo de modernizar la administración catalana para adaptarla a los retos que plantean los cambios tanto a escala global como local. El Plan nunca fue concebido como un proceso cerrado, de contornos bien definidos, sino que se configuró alrededor de unas pocas directrices que mantienen la orientación de un trayecto que, necesariamente, es de largo recorrido. La razón de este planteamiento hay que buscarla en la convicción profunda de que el cambio en las organizaciones públicas es extremadamente complejo y que sólo es posible si se cuenta con la complicidad de sus trabajadores. Por tanto, parece evidente que cualquier proyecto consistente en un marco cerrado no es la mejor manera de conseguir el éxito deseado.Es sobre la base del razonamiento antes expresado que el plan se configura en fases, cada una de ellas con sus propios objetivos. En un primer momento, se definieron tres fases que debían poner los cimientos sobre los que desarrollar el proyecto. En la primera fase se trabajo en la propuesta de definición de los llamados objetivos gubernamentales u objetivos compartidos por el conjunto de la organización. Durante la segunda fase se validaron internamente, por el conjunto de la organización, los objetivos compartidos y definición de objetivos secundarios o derivados. Aquí destaca la puesta en marcha de los llamados "Grupos de Trabajo Interdepartamentales", que se constituyen como los verdaderos motores del cambio. Finalmente, en la tercera fase se definieron los instrumentos que permitirán la implementación de los objetivos del Plan, que son básicamente cuatro: los proyectos interdepartamentales, la introducción del presupuesto por programas, el cuadro de mando integral y la comunicación pública de la información.Ahora, podemos concluir que los principales objetivos de cada una de estas fases han sido alcanzados. Por tanto, nos planteamos ya los nuevos pasos a seguir en lo que serían las fases sucesivas del Plan. La próxima -cuarta fase-, que debería abarcar los trabajos comprendidos entre los años 2003 y 2004, es la de consolidación de los cuatro instrumentos previstos en la tercera fase.El carácter estratégico del Plan obliga a continuar replanteando los objetivos y procedimientos más adecuados en cada fase, no únicamente pensando en aquello que puede ser óptimo a corto plazo, sino también considerando las implicaciones de las decisiones a medio plazo. Es evidente que el impulso en cada fase dependerá del conocimiento y de l os puntos de apoyo conseguidos en fases anteriores, pero también de las perspectivas e ilusiones que seamos capaces de ofrecer en cada momento.

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