El Gobierno de Catalunya ha iniciado un proceso de reforma de sus estructuras administrativas y de la toma de decisión política, centrada en la consolidación de la coordinación interdepartamental, la orientación de les actuaciones en torno a objetivos comunes y aumentando la transparencia para que los ciudadanos conozcan con más claridad tanto los objetivos como los resultados de la acción de gobierno. Con esta iniciativa se pretende iniciar un movimiento que combine un gobierno que funcione mejor y sea más eficiente. De aquí que la modernización no sea entendida como sinónimo de privatización, pues la gestión pública va más allá de las interpretaciones de gestión empresarial. En definitiva, la gestión pública es algo más que la simple gestión de la empresa orientada hacia el cliente y la competencia de mercado.El objetivo de estas reformas es mejorar la calidad de la toma de decisiones políticas y la asignación política de los recursos. En efecto, utilizada de forma correcta, la nueva maquinaria administrativa debería conducir, en última instancia, a una mejor toma de decisiones y una más eficiente asignación de los recursos en la economía, mejorando de esta forma el potencial de crecimiento de Cataluña a largo plazo.Sin embargo, creemos que la gestión pública no es simplemente un asunto de eficiencia y eficacia, sino que lo es de legalidad y legitimación y sus valores no son los mismos que los de la empresa privada. La gestión pública no sólo es interna sino que también, y sobretodo, es gestión externa en un entorno sociopolítico complejo. Por eso, el principio de democracia y legalidad debe ser el punto de partida de cualquier organización pública. Debe sacrificarse un grado de racionalidad y eficiencia en aras de un mayor grado de democracia. No negamos la importancia de la eficiencia y de la eficacia en el sector público, pero un organismo público no es una empresa comercial, existen otros valores y normas que juegan un papel central: valores como la libertad, la legalidad, la legitimidad, la equidad y la justicia social. El Pla Governamental CAT 21 no es un plan fijo y predeterminado, sino un cluster de ideas y conceptos que se configuran alrededor de cuatro ámbitos: el incremento de la motivación del personal, el aumento de la descentralización, la fijación de prioridades y los procedimientos orientados a los resultados. Un ejemplo del primero sería la puesta en marcha de los Grupos de Trabajo Interdepartamental (GTIs) con el fin de establecer mecanismos informales de transversabilidad que ayuden a mejorar la gestión del gobierno. Esperamos que con la puesta en marcha de estos se inicie una nueva etapa reflejo de una nueva forma de entender la gestión pública.

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