Social policies for the urban poor in Southern Latin America. Welfare reform in a democratic context

Trabajo que tiene por objetivo analizar la peculiaridad de la pobreza urbana en la Argentina, que describe brevemente, los principales cambios ocurridos a lo largo de este siglo en la estructura social. Destaca la presencia dominante de los sectores medios en una sociedad que, hasta hace pocos años, alentaba la movilidad social e intentaba, mediante una activa intervención estatal, disminuir la distancia social. Trata los siguientes aspectos: I. Pobreza y estructura social. La Argentina de los `40; Transformaciones en la estructura social; El mercado de trabajo en la década del 80: a) el salario, b) el desempleo abierto, c) el trabajo precario; Distribución del ingreso. II. Discusión conceptual. La pobreza y desigualdad; La diversidad de la pobreza y problemas de construcción; Pobreza estructural y pauperización: criterios de medición. III. Características de la pobreza urbana. La cuestión social en la Argentina. Pobres estructurales y empobrecimiento en la Argentina. Aspectos demográficos. Pobreza y educación. Trabajo y ocupación. Los ingresos de los pobres. Elementos para una interpretación. IV. Pobreza urbana y hábitat. Consideraciones generales. Villas miserias: un hábitat con historia. De la villa al asentamiento. Ventajas del enfoque ambiental. V. La pobreza en la agenda político social. Expresa que hace cuarenta años la Argentina crecía a un ritmo superior al de Europa, desarrollaba su industria, incorporaba importantes masas de población campesina a sus ciudades. En el campo político, hubieron cambios vertiginosos: surgimiento de nuevos sindicatos, voto femenino, políticas de protección al trabajador de riesgos sociales y laborales, incorporación de los trabajadores a la vida política del país. A partir de la década del `80 la sociedad argentina presenta un panorama con un producto bruto estancado, con evidentes signos de desindustrialización, con un mercado de trabajo reducido y que incentiva la informalidad y la precarización de las relaciones laborales. Como consecuencia, crece la pobreza urbana y, por primera vez, el Estado debe instrumentar programas nacionales de ayuda alimentaria. Para explicar esta pobreza se debe tener en cuenta la crisis económica, pero también el retiro del Estado en áreas que tradicionalmente proveían al bienestar de los ciudadanos. Concluye en que, si se quiere revertir esta situación para apostar a una sociedad más solidaria, a un orden social más justo, el Estado sigue cumpliendo un rol insustituible. El desafío consiste en encontrar modalidades de intervención adecuadas a las nuevas condiciones en que tiene lugar el desarrollo social. Quizás una estrategia exitosa, consista en una articulación entre la lógica del mercado, las iniciativas sociales solidarias y la políticas públicas que garanticen la efectiva realización de los derechos de ciudadanía. Incluye abundante bibliografía.

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