Ponencia que tiene por objetivo presentar -con base en datos emergentes de la observación participante en el ámbito de un caso concreto- una etnografía de los intentos de democratización de las instituciones públicas, que se desarrollaron desde la instauración de la democracia en 1983. Trata los siguientes temas: marco de referencia; el caso de estudio: la institución, su contexto, la institución "en blanco" (el dispositivo formal) y la institución "en negro" (los sistemas no formales); el análisis de las implicaciones del caso, el orden moral dentro del modelo racional legal, los sistemas de valores en la institución "en negro"; las normas de "supervivencia", los sistemas de lealtades, el proceso de estigmatización; el Estado, el cambio y los métodos. Señala que la reforma del Estado requiere especialistas capaces de encarar investigaciones con metodologías adecuadas para poner en evidencia las diferencias de perspectivas, intereses, racionalidades y cosmovisiones de los actores, a fin de poder reconstruir la heterogeneidad de los sistemas culturales vigentes en cada institución. Este es uno de los pocos reaseguros que quedan para que las políticas impulsadas arraiguen en forma efectiva en las distintas organizaciones. La experiencia muestra múltiples fracasos resultantes de políticas impulsadas desde el mero voluntarismo, tanto en sus variantes participativas como excluyentes, desde un iluminismo democrático o desde otro totalitario, al sostener sólo un único punto de vista. Concluye señalando que los "malos" y los "corruptos" no carecen de normas de conducta que justifiquen sus acciones, sino que las tienen muy firmes y consolidadas. Hasta en las acciones más abyectas hay una justificación "ética". De lo que se trata es de incorporar nuevos paradigmas al problema de lo ético; el que más inquieta es el de la insoslayable diversidad en los modos de concebir y ordenar al mundo; en los modelos del bien y del mal. La moral forma parte de las reglas de grupos determinados en sociedades determinadas. No existe, desde esta postura, cabida alguna a una autoridad que -desde una posición absoluta- pretendiera disponer o negar la validez de cada sistema. Concluye planteando un conjunto de interrogantes: ¿ Cómo se integra la comunidad de lo ético respetando las referidas diversidades ?. ¿ Cómo modificar los sistemas de valores en casos incompatibles con los principios abstractos con los que se pretende construir la comunidad de lo ético ?. ¿ Quiénes determinan los principios que deben gobernar esta comunidad ?. ¿ Hasta dónde es posible producir alguna uniformidad en este sentido ?. Incluye referencias bibliográficas.

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