Publicado también en Boletín de Resúmenes del CLAD, Vol. 6 No. 2 (Dic. 1989)

Se reseña la experiencia de México en la descentralización de la vida nacional y se revisan los principios metodológicos que sustentan el proceso. Se examina el marco conceptual y las categorías de análisis de la descentralización, se estudian los avances que en este sentido se lograron en este país y se analizan los factores políticos, económicos, administrativos y sociales que impulsan o limitan el proceso descentralizador. Se exponen algunas conclusiones sobre el tema. Los elementos que intervienen en el proceso descentralizador se refieren fundamentalmente al poder público y a la polaridad establecida en razón de las atribuciones gubernamentales, al marco normativo, a la saturación de actividades políticas y administrativas en una instancia de gobierno en detrimento del servicio público y de la distribución de competencias de los gobiernos locales y nacional, el imperativo político, social y económico en demanda de una mayor participación, y la interrelación de las fuerzas centralizadoras y descentralizadoras. Los principios que definen la descentralización se ubican en el campo del conocimieto jurídico y conciernen a los atributos que caracterizan el órgano que ejerce el poder en una situación de derecho. Se plantean los enfoque teóricos de la descentralización, siguiendo las ideas de R. Ortega Lomelín. Se describe el régimen federalista mexicano, en términos de una aproximación al ejercicio descentralizado del poder, y se reseña que por razones históricas, el gobierno federal ha concentrado múltiples facultades que podrían ser ejercidas por los estados y municipios. En los últimos seis años, el gobierno de la República ha promovido una política de transferencia gradual de facultades, atribuciones y recursos administrativos para devolver a las Entidades Federativas gestiones que habían dejado de ejercer. Se comentan aspectos de la coordinación y cooperación intergubernamental en México y se reseñan las acciones de los programas descentralizadores promovidos por el Gobierno de la República. Se analizan los factores que inducen o limitan la movilidad del proceso centralización-descentralización, haciendo referencia a la consistencia del sistema jurídico mexicano, a los efectos del proceso centralizador político y cultural en algunos polos del desarrollo, a la modernización del aparato administrativo como medio de impulsar la actividad descentralizadora del estado, a la influencia de la crisis económica, a la influencia del ejercicio del poder gubernamental y del sistema de representación y a la participación de la sociedad y las comunidades en el proceso de descentralización. Se concluye señalando que se aprecia una apertura del gobierno mexicano para desencadenar un proceso de descentralización, que se inicia en 1982 y que a través de sus aciertos y yerros deberá ajustarse hasta conseguir la adecuación equilibrada de la centralización y la autonomía. Se señala la necesidad de promover una tecnología propia de la descentralización. La descentralización debe enmarcarse en un proceso de democratización que marcará la pauta de las acciones desconcentradoras y de autonomía, por medio de la participación comunitaria. C.S.

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