Trabajo que tiene por objetivo aportar elementos de juicio para describir y explicar la crisis del paradigma del Estado Benefactor. El primer capítulo, a cargo de Ernesto A. Isuani, se refiere a los aspectos conceptuales e históricos de la crisis de acumulación, y la estrategia conservadora frente a la crisis. El segundo capítulo, a cargo de Rubén M. Lo Vuolo, se refiere a la economía política del Estado de bienestar, a la mitología neoliberal y al keynesianismo populista. El tercer capítulo, a cargo de Emilio Tenti Fanfani, se refiere a la pobreza y la política social, a la superación del neoasistencialismo, a las teorías sociales y las estrategias de intervención, la evaluación de la lucha contra la pobreza, al concepto de riesgo como criterio de política social, a la propuesta neoliberal, y a los peligros del neoasistencialismo. Señala que la crisis de acumulación experimentada en la segunda mitad de los años sesenta por los países capitalistas avanzados se presenta hoy con modalidades particulares en la mayoría de las sociedades del mundo capitalista menos desarrollado. En dicho contexto se produjo un cuestionamiento y una redefinición de los modelos típicos de intervención del Estado en los procesos de reproducción social. El ataque ideológico contra los fundamentos y la lógica de desarrollo del Estado benefactor no es un mero "revival" de los modelos asistencialistas clásicos. El éxito relativo de los discursos "neoliberales" no es el resultado ni de una estrategia exitosa de inculcación ni de la verdad intrínseca de tal sistema de ideas. Existen condiciones objetivas que constituyen indicadores del fracaso del Estado benefactor clásico, entre ellas la incapacidad para beneficiar efectivamente a los más necesitados, la burocratización, la instrumentación política, la inadecuación entre la oferta y las demandas de la población, etc. Sin embargo, cualquier intento de superar estos vicios mediante una simple restauración de viejos esquemas y estilos asistenciales está condenado al fracaso. Expresa que una política pública orientada al logro de mayores niveles de equidad social debe basarse en una redefinición de las políticas sociales con un criterio explícitamente orientado a romper el círculo vicioso de la pobreza. Para ello será necesario: 1) Modificar sustancialmente los criterios de asignación de recursos, a través de información, de voluntad y de capacidad política. 2) Transformar las condiciones institucionales de gobernabilidad de los sistemas públicos de prestación, articulando una adecuada forma de división del trabajo dentro del Estado, que garantice eficiencia y eficacia, así como la participación de los beneficiarios en la producción de los bienes y servicios necesarios. 3) Flexibilizar los sistemas y alentar la diversificación, la producción y la difusión de innovaciones. Asimismo será necesario redefinir la acción asistencial como una intervención verdaderamente excepcional, delimitada y puntual, concentrada en la atención de necesidades urgentes de grupos sociales en situación de pobreza extrema. Concluye señalando que la asistencia social debe dejar de ser un "gobierno para pobres; no es necesaria la coexistencia de dos subsistemas de prestación de bienes y servicios sociales, uno "normal" y otro "asistencial" dirigido a los pobres. Postula la necesidad de adoptar un

Español