Trabajo que tiene por objetivo aportar elementos de juicio con relación a la crisis económico-social que padecen los países de América Latina, así como cuestionar los diagnósticos y las propuestas que se plantean habitualmente para caracterizar y superar la crisis. Trata las siguientes cuestiones: los ejes del discurso predominante sobre la crisis, la crisis de la desigualdad, las fuentes de la desigualdad, la desigualdad y la pobreza, la desigualdad y la crisis, tres ejes estratégicos de respuesta a la crisis. Señala que, en general, el discurso predominante parte de la idea de que la crisis es un fenómeno que se circunscribe a la esfera económica, que proyecta "secundariamente" consecuencias sobre la vida social y política. El mismo discurso predominante envuelve generalmente dos asociaciones claves: una de temporalidad, que identifica a la crisis actual con la "crisis de los ochenta", y otra de causalidad, que circunscribe las causas de la crisis a "factores externos", principalmente al deterioro de las relaciones de comercio y la incidencia de la deuda acumulada. Un tercer componente del discurso predominante reside en la idea de que la crisis impone, en cada país, sacrificios generalizados más o menos "equitativos" al conjunto de la población. Esto prepara el terreno para la convocatoria a la gran "concertación social" en la que todos los sectores tendrían que renunciar o posponer reivindicaciones y demandas que perturbarían las posibilidades del acuerdo. Expresa que el discurso predominante es altamente falaz y plantea como alternativa que se trata esencialmente de una "crisis de desigualdad" que se manifiesta a través de múltiples dimensiones de inequidad (por ejemplo: la distribución del ingreso o el consumo, la propiedad de los bienes, la estratificación social, las condiciones de trabajo, etc.). Posteriormente señala que pueden determinarse tres ejes estratégicos alternativos en las respuestas a la crisis: 1) apertura externa y segregación interna, 2) concertación social y solidaridad con la pobreza, y 3) transformación y lucha contra la desigualdad. Postula que el último eje es el que mayor potencial reserva para superar las desigualdades que constituyen hoy el principal factor determinante de la crisis latinoamericana.

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