Documento referido a las desigualdades existentes en la distribución de la educación como recurso que disponen los hogares para mejorar su calidad de vida, y la información que se explota para abordarlo corresponde al total de la población urbano, el ámbito geográfico más amplio que tiene la encuesta. El propósito central es analizar a la educación como recurso adquirido en el sistema común u oficial de enseñanza. Presenta: Resumen ejecutivo. 1. Introducción. 2. El clima educativo de los hogares. 3. Los niveles de educación de las madres con hijos en la primera infancia y en edades de escuela básica. 4. Evolución de la escolaridad en la población. 5. Superación de la educación de los padres por parte de los hijos jóvenes. 6. La educación como capital para el trabajo. Expresa que deben considerarse dos aspectos: a) la medición de los recursos educativos que la población adquirió en la escuela y que se traduce en años de escolaridad o niveles de enseñanza alcanzados; b) cómo están distribuidos esos recursos y la relación que esa distribución tiene con los niveles de vida. Indaga en qué medida evolucionaron los niveles de escolaridad de la población a través del tiempo. Por un lado, examina las diferencias en los niveles de educación logrados por diversas generaciones que pasaron en distintas épocas por el sistema escolar y, por otro, las registradas en un grupo de jóvenes respecto a sus padres. Trata el valor que tiene la educación para mejorar los niveles de vida. Específicamente, procura establecer con datos de la encuesta hasta qué punto la educación es una inversión que reditúa mejores ingresos laborales a los trabajadores y si se registran diferencias al considerar el género o la edad de los ocupados. A través del análisis de los datos detecta problemas educativos que pueden resultar útiles para el diseño de políticas y programas sociales. Para la medición de los recursos educativos que en promedio tienen los hogares urbanos del país y para analizar en qué medida difiere la dotación de esos recursos entre los hogares que conforman los cinco estratos del IPCH, selecciona el indicador "clima educativo de los hogares". Analiza la distribución de recursos educativos en dos grupos específicos, el de mujeres que tienen hijos en la primera infancia y el de aquéllas con hijos menores de 14 años, en edades de escuela básica o en la primera infancia. Sostiene que el mayor nivel educativos de esas mujeres, que como madres cumplen un papel primordial en la socialización de los hijos, es un recurso que mejora la calidad de vida de los niños tanto en el rendimiento escolar como en la atención de la salud infantil. Indaga en qué medida evolucionó la escolaridad entre distintas generaciones o cohortes de la población y en un grupo de padres e hijos. Presenta cuadros estadísticos sobre el valor monetario que puede llegar a tener la educación como capital para el trabajo. Para ello toma como referencia a la población ocupada con ingresos laborales en el momento de la encuesta y establece si la retribución al trabajo tiende a aumentar y en qué grado cuando los ocupados tienen más años de escolaridad.

Español