Exposición del gobernador de la Provincia de Córdoba, que tiene por objetivo mostrar que la cuestión del federalismo fiscal tiene proyecciones más profundas que el debate sobre las relaciones fiscales entre la Nación, las provincias y los municipios, y que la transformación que se pretende realizar en la Argentina no será posible si no se readecuan viejas actitudes y si no se reformulan instituciones con nuevos criterios de racionalidad económica y de preferencia política. Trata los siguientes temas: los criterios básicos de la propuesta analizada; la eficiencia económica y la efectividad social; el papel de las provincias en la descentralización de la gestión pública; el papel de los municipios; las aplicaciones nacionales de los principios propuestos, la descentralización educativa, la atención de la salud y el régimen de obras sociales, el sistema de relaciones laborales; un nuevo pacto federal. Expresa que la relación Nación-Provincias constituye una empresa compleja, por lo que deben dejarse de lado las recetas basadas en la retórica voluntarista o en la insensibilidad tecnocrática. Concluye señalando que la Argentina está comenzando a deshacerse de la influencia de una trinidad que ha resultado particularmente perniciosa para su vida política y económica: la uniformación, la centralización y la estatización. El problema de fondo reside no sólo en desalojar esa trinidad organizativa de la sociedad, sino en desarraigar la cultura de la superficialidad que por muchos años se asoció a la obsesión de uniformidad, a la conducción autoritaria y a la dependencia burocrática, cuando las apetencias y necesidades del presente son la diversidad, la libertad y el retorno pleno de la sociedad civil.

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