ARG/06/M01/FRA

Una Respuesta Nacional a los Desafíos Sociales de la Globalización

Informe que presenta herramientas teóricas, evidencia empírica y recomendaciones de política que puedan resultar útiles para el análisis del impacto social de la globalización en Argentina, lo que podría contribuir tanto al diseño de políticas para aprovechar las oportunidades que ésta brinda como para amortiguar sus impactos negativos. Contiene: Presentación. El informe. Globalización: acepciones, desafíos y enfoques. Objetivos del informe. La experiencia argentina en el marco del mundo global. Conclusiones. Analiza algunos de los principales desafíos sociales de la globalización enfrentados por Argentina en el contexto actual y algunas de las principales respuestas de política que se han implementado. El informe se desarrolla en torno a dos ejes principales: 1) la importancia de mantener cierta autonomía de las políticas públicas adoptadas por el país en el marco de la globalización; 2) la necesidad de articular y coordinar las políticas aplicadas, tanto en el nivel nacional como en el internacional. El caso argentino se presenta como ejemplo interesante de los dos ejes planteados. Luego de experimentar las consecuencias de una coordinación basada en el rol del mercado y su potencial regulador, y de poseer una escasa autonomía en el manejo de herramientas de política, en la década de los noventa, actualmente se verifica la importancia y las potencialidades de la coordinación y regulación institucional, las cuales, permiten afirmar la existencia de diferentes modelos de desarrollo en un contexto de globalización. Destaca la importancia del régimen macroeconómico como dimensión clave para el análisis de las políticas de alcance mesoeconómico, como las industriales, las que configuran el tamaño y dinámica del mercado interno, y el tipo y grado de coordinación de las políticas públicas en la Argentina en los últimos años. Afirma que, lejos de existir un único mecanismo de coordinación a través del mercado y de su sistema de precios, el Estado recupera paulatinamente, mediante las instituciones, un rol de coordinación y de regulación, lo que posibilita la construcción de un modelo de desarrollo económico diferente.

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