Compilación de notas periodísticas aparecidas en una muestra de diarios y semanarios de Buenos Aires durante la quincena 28/2/88 - 13/3/88, con relación a la corrupción administrativa en la Argentina. Tiene por objetivos: 1) Constituir un fascículo ilustrativo del "ciclo de difusión pública" (emergencia, apogeo, declinación, agonía) de un tema tortuoso que en general no se trata públicamente, 2) Documentar hechos y testimonios que alcanzaron difusión pública debido a la coincidencia de circunstancias peculiares. El tema de la corrupción administrativa salió a la luz pública a raíz de declaraciones del ministro de Obras y Servicios Públicos ("... el Estado compra mal, compra caro, compra cosas que no necesita y hay corrupción ... paga precios siderales ..."). Inmediatamente se difundió el origen de las denuncias, el estado de las investigaciones, la iniciación de sumarios administrativos y querellas judiciales, la realización de indagatorias, careos, detenciones, allanamientos, secuestros de material probatorio, así como la emergencia en cadena de nuevas denuncias y hallazgos. Se estimó que la magnitud de las irregularidades (para algunos analistas) en valores del orden de los 3.000 millones de dólares anuales, lo que implicaría (para las últimas dos décadas) un valor equivalente al de la deuda externa. Los acontecimientos se precipitaron repentinamente; algunos bloques de legisladores pidieron explicaciones sobre los fundamentos y alcances de la denuncia, hubo declaraciones, testimonios y renuncias de potenciales implicados, afectados o salpicados, se debatió si los procesados pertenecían a la planta de carrera o a los equipos políticos, si eran más culpables los sobornados o los sobornadores, si la corrupción era o no un fenómeno inmanente al sistema, se percibió la inminencia de un escándalo de inmensas proporciones e insospechadas derivaciones, se desarrollaron episodios confusos que acentuaron el dramatismo, se habló de una profunda conmoción en las esferas del poder, de crisis de gabinete. Posteriomente se denunciaron acciones sicológicas destinadas a desmoralizar y abortar las investigaciones. Diversos grupos de poder calificaron a la denuncia como patraña o calumnia; como sensacionalista; circense; imprudente; temeraria; desprolija e irresponsable; como shock propagandístico; como cortina de humo para ocultar el submundo de la corrupción en gran escala, para desfocalizar otros problemas de la conturbada actualidad, como componente de una campaña desestabilizadora; como maniobra para desprestigiar y enlodar la conducta de servidores públicos, predisponiendo a la opinión pública para la resignada aceptación de proyectos de privatización entreguista. Mientras tanto, la mayor parte de la sociedad permaneció indiferente o como mera observadora externa. La inusitada embestida contra la corruptela no afectó prácticamente las actitudes de escepticismo, resignación, temor ante la impunidad y forzada complicidad frente a un fenómeno que durante varias décadas se ha perpetuado y extendido como un cáncer en el aparato estatal argentino, ante la tolerancia y hasta el tácito consentimiento de las sucesivas fuerzas que pasaron por el poder. A los pocos días se difundió la liberación, excarcelación o eximición de prisión bajo caución real de la mayor parte de los detenidos, sin perjuicio de la continuación de los procesos. Al término de la referida quincena, la atención de los medios de difusión se dirigió hacia otros temas, cuestiones y escándalos de mayor atractivo público. El tema de la corrupción administrativa había cumplido su ciclo de aparición sin exhibir su núcleo. La compilación incluye como anexo algunos resúmenes de bibliografía referida a la corrupción administrativa, extraidos del Catálogo Colectivo de la Red Latinoamericana de Documentación e Información en Administración Pública. J.L.T.

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