Ponencia que tiene por objetivo presentar algunas consideraciones sobre las relaciones Estado/sociedad en un mundo que manifiesta nuevas formas de acumulación, y en el que la propiedad más preciada es la de un bien intangible y simbólico: el conocimiento. Señala que la variable "información" adquiere en ese mundo una significación sustancial; la accesibilidad y la disponibilidad de información se constituyen en los ejes fundamentales de lo político, lo económico y lo social. En ese marco, la supervivencia del Estado está severamente condicionada por la posibilidad de generar canales de comunicación que permitan recrear la relación Estado-sociedad. La preocupación central del Estado pasa entonces por cómo generar los canales de información que permitan detectar los problemas, responder a los mismos, rendir cuentas oportunamente, y llevar cuenta de las responsabilidades asumidas por los distintos actores. Concluye expresando que la realidad muestra una devaluación de lo político dada su incapacidad para resolver lo social, cuyas demandas exigen inmediatez en las respuestas. Lo que se modifica es la globalización del sistema; no hay ya distinción posible entre variables endógenas y exógenas, porque todas son parte del sistema. Lo que se transforma es la dinámica que provee nuevas interacciones que deben aplicar nuevas soluciones.

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