Trabajo referido a las nuevas perspectivas estratégicas de la Argentina, basado en los objetivos establecidos por el área presidencial al poner en funcionamiento la Secretaría de Planeamiento Estratégico en enero de 1998. Presenta los siguientes aspectos: 1. Prioridades estratégicas. 2. La Argentina en los años noventa: el mundo globalizado; el nuevo piso histórico de la Argentina; Globalización y atracción de inversiones; la Argentina ante los desafíos globales; Mercosur y Chile; Democracia política y transformación económica. 3. Nuevos desafíos y nuevas respuestas: el problema del desempleo; acceso a la sociedad del conocimiento; protagonismo de la sociedad; la reforma político-institucional; participación y transparencia; el cambio político; el protagonismo internacional; la revolución de los alimentos; la Argentina que viene. Señala que el Presidente de la Nación estableció como misión especial del organismo la de pensar estratégicamente, en términos de mediano y largo plazo, las proyecciones y consecuencias de las grandes transformaciones que se han llevado a cabo desde 1989, en un contexto internacional cambiante y globalizado. Enfatiza tres prioridades estratégicas fundamentales: la lucha contra el desempleo, la pobreza y la marginalidad social; la adecuación del sistema político-institucional a las grandes transformaciones operadas en los últimos ocho años; la proyección internacional de la Argentina en el escenario mundial del siglo XXI. A partir de la definición de los objetivos se trata de articular un planteo estratégico. Ello implica el conocimiento cabal del punto de partida, la comprensión de la naturaleza de los problemas a resolver y, a partir de ese análisis, la determinación de los caminos fundamentales a recorrer. En todos los pasos, la regla principal es entender la lógica de los hechos. Destaca que la Argentina constituye un caso paradigmático del contexto de los años noventa, en que la política económica, la política exterior y la institucionalidad democrática conforman una unidad. La transformación realizada establece un nuevo escalón histórico, a partir de una nueva realidad económica y una nueva inserción internacional y regional del país. Los desafíos estratégicos de afrontar el desempleo, la pobreza y la marginalidad social, de adecuar el sistema político-institucional a las nuevas realidades y de vigorizar la proyección internacional de la Argentina no son un "deber ser" abstracto. Por el contrario el país puede encararlos y resolverlos. El acceso de Argentina a la sociedad del conocimiento, el aprovechamiento intensivo de las perspectivas abiertas por la revolución de los alimentos, la consolidación de la dimensión política del proceso de integración regional y el cambio político fundado en una reforma institucional basada en la descentralización, la profundización de la democracia y el protagonismo de la sociedad civil constituyen las cuatro respuestas estratégicas fundamentales.

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