En los espacios públicos de la democracia moderna, la comunicación entre los actores sociales y políticos es imperativo para llevar a cabo los procesos de gobierno, los cuales son resultado de interacciones y compromisos que se condensan en la formulación e implementación de las políticas públicas; en este sentido, la importancia de la gestión pública es de carácter estratégico, considerando que es el medio que posibilita la acción cooperativa de las autoridades y organizaciones interesadas en la definición de las metas públicas que son parte medular en el quehacer institucional de la vida colectiva; por tanto, la gestión pública debe entenderse en la suma de procesos, relaciones y sistemas de comunicación que la convierten en elemento esencial para deliberar y argumentar sobre las ventajas que deben aprovecharse, a fin de que la capacidad de gobierno sea más efectiva y oportuna; la gestión pública se caracteriza no sólo por la racionalidad instrumental que la sustenta, sino de manera fundamental por el ambiente institucional en el cual se analizan, estudian y deciden las estrategias que deben adoptarse en la definición de los rumbos de la vida pública, así como en la adopción de las decisiones y acciones que alimentan el desempeño institucional desde la esfera de los gobiernos; en consecuencia, los espacios públicos son el centro en el cual el comportamiento de los actores se realiza en razón de valores e intereses que compiten unos contra otros.Situación que obliga a que las autoridades tengan como tarea la creación de condiciones que permitan la comunicación entre los actores, así como la construcción del sistema de acuerdos que debe ser producto de amplios y continuos procesos de deliberación; en la democracia moderna, la gestión pública es la herramienta más visible a través de la cual es factible ordenar y reordenar el comportamiento de las políticas públicas, con base en un esquema de apertura, deliberación y participación del público que se interesa en el núcleo de los asuntos comunes que son determinantes para la vida moderna; la relevancia de la gestión pública descansa en su importancia deliberativa y en los procesos de comunicación que tienen que ser efectivos atendiendo a la lógica de la efectividad institucional.En la medida que el espacio público es reconocido como el referente principal en los alcances de la gestión pública, es posible destacar que ésta no debe valorarse únicamente como medio técnico, sino que tiene un valor político que deriva de que la pluralidad y diversidad de la vida pública, son la constante más regular cuando se focalizan las razones y los argumentos que sustentan su utilidad y aplicación, dado que genera impactos múltiples que no son ajenos a la reacción que la sociedad y las organizaciones de los ciudadanos tienen; no hay camino posible para la mayor eficacia de la gestión pública, si ésta no es ubicada en el contexto de lo público.

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