Constituye en este momento un tema de importancia estratégica en cualquier proceso de mejora de las Administraciones Públicas el cuidado de la alta función Pública. Como consecuencia del proceso neoliberal de la nueva gestión pública y los cambios originados por la misma, ha aparecido la preocupación creciente por el problema de los directivos. Su definición no puede obviar esa componente neoconservadora que tiene la figura por sus orígenes ideológicos y de ahí que haya que preocuparse por los problemas que para el adecuado funcionamiento democrático de las instituciones gubernamentales tiene este nuevo paradigma de los directivos públicos.Pero indudablemente en nuestras sociedades y para conseguir adecuadamente los fines sociales propuestos por las instituciones democráticas hacen falta directivos capaces de llevar a buen puerto las distintas soluciones gubernamentales. Todo ello, sin olvidar los orígenes neoliberales de la figura del directivo y de la misma forma de las estructuras en que se basan que son las agencias. Se analiza también en la ponencia alguno de los problemas que se han planteado en estas nuevas estructuras y los peligros que se originan cuando se pretende su implantación sin atender a la cultura administrativa en las que pretende integrarlas.La figura del directivo aparece así ligada a la política de resultados y a la evaluación, fenómenos que tampoco resultan sencillos de implantar en administraciones no suficientemente desarrolladas.Se analizan algunas consideraciones sobre la implantación de la figura en las Administraciones españolas y su definición legal en el Estatuto Básico del Empleado Público, observando como la figura ha sido enunciada en sus condiciones más fundamentales dejando para el desarrollo legislativo posterior el perfil adecuado y su incardinación en el ámbito administrativo correspondiente.El documento finaliza analizando el papel que la formación debe cumplir para obtener los mejores resultados de esos altos directivos gubernamentales, señalando que la misma debe ser permanente y estar ínfimamente ligada al desarrollo profesional de su carrera.Se analizan cuales son los objetivos básicos de esa formación, el papel fundamental que tienen las nuevas tecnologías y la aplicación de las mismas en la formación del directivo público.Tal formación se perfila como una de los ejes básicos de cualquier proceso modernizador de las administraciones públicas, porque la formación del directivo debe ir orientada a hacer del mismo un agente y dinamizador el cambio al tiempo que se potencian sus capacidades de liderazgo.Pero la formación de los altos responsables gubernamentales tiene necesariamente connotaciones distintas de las de los directivos del sector privado. Se concluye por tanto señalando que la aplicación mimética de las técnicas de las Escuelas privadas de negocios al ámbito público no es en absoluto el mejor instrumento para conseguir la formación que precisan los altos responsables gubernamentales.

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