En la presente ponencia se sostiene y argumenta la tesis de que los pactos locales autonómicos, la segunda descentralización o la concertación local, no serán posibles en ausencia de estructuras supramunicipales fuertes.En el texto se plantea el debate de la idoneidad de las diputaciones para contribuir a este objetivo una vez pasada la etapa de nacimiento y afirmación institucional de las comunidades autónomas que siempre vieron en las provincias un inconveniente para la ordenación del régimen local en el territorio autonómico.El ensayo analiza el proceso de concertación impulsado por la Diputación de Barcelona que potencia la singularidad institucional de las diputaciones: su condición de gobiernos instrumentales con competencias funcionales sobre las materiales de los municipios. Esta forma de entender la relación diputación-municipios fortalece la idea de una sola comunidad local que puede superar las carencias de los municipios para desempeñar las competencias que la legislación estatal y autonómica le atribuya.Intenta también el trabajo razonar que el principio de subsidiariedad obliga a plantear la coordinación en términos restrictivos, como una excepción que debe estar motivada y argumentada técnicamente.Encuentra también el lector en estas breves páginas una visión política del gobierno local plenamente equiparable a la de las comunidades autónomas. De ahí que haya de revisarse profundamente la relación entre ambos niveles de gobierno para evitar dependencias jerárquicas que acaban menoscabando la autonomía local. Por ejemplo la concepción expansiva de la coordinación y la conversión de la cooperación económica local en financiación incondicionada.

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