Actualmente, la reforma del Estado sigue constituyendo uno de los temas más complejos y de gran relevancia en la agenda de los gobiernos, quienes preocupados por configurar genuinas estructuras promotoras del desarrollo nacional, estatal o municipal, realizan ajustes en sus sistemas políticos, económicos y sociales para transformar el quehacer público.Este proceso de reforma-innovación debe consolidarse para responder a las condiciones económicas, políticas y sociales de cada país y de cada Estado subnacional, atendiendo en todo momento al contexto cultural, a la pluralidad política, a la relación gobierno-ciudadano y a la complejidad y problemática social.La innovación en el gobierno es una tendencia de carácter cultural y estructural que busca reformar radicalmente la orientación, la capacidad y prontitud de respuesta de la administración pública, enfocando a los servidores públicos hacia un propósito común: hacer un gobierno de más y mejores resultados en las acciones que realiza y en los servicios que proporciona.Innovar no es sólo estar a la moda de una tendencia mundial; innovar significa enfrentar retos, cambiar paradigmas, crear nuevas conciencias en el quehacer público y rediseñar modelos. Demanda un trabajo serio, profundo y corresponsable entre servidores públicos, instituciones educativas, organizaciones sociales, empresarios y ciudadanos; en suma, de la sociedad en su conjunto.Para asegurar la innovación en el ámbito gubernamental se requiere un gobierno que la promueva, que sea diferente, participativo, que incluya la opinión ciudadana sobre sus prioridades para convertirlas en políticas públicas, y que de forma permanente se someta al escrutinio público, a la rendición de cuentas, que se mida desde la eficiencia, eficacia y calidad de los servicios y la atención con la que se otorgan, hasta el uso honesto y transparente de los recursos.Por ello, la administración pública del Estado de México se ha fijado entre sus propósitos, instaurar una nueva cultura gubernamental, que permita la incorporación de todo el talento y potencial creativo de las personas, promoviendo acciones orientadas a la satisfacción de las expectativas del ciudadano.En este sentido, se han puesto en marcha diversas reformas orientadas a transitar del concepto de burocracia al de servicio al ciudadano y transformar la percepción que éste tiene del gobierno, mediante la innovación de su estructura, pero fundamentalmente, en la forma de ver y hacer las cosas.En este arduo camino hacia un gobierno de clase mundial y de excelencia que nos obligan el mundo globalizado y los ciudadanos, todos debemos participar, a través de reconocer que el proceso de innovación y cambio al interior del gobierno será incremental, en razón de que las necesidades de la sociedad se van tornando más complejas día a día.

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