El territorio como unidad de planificación deviene, sistemáticamente, una tendencia en el diseño de la política pública. Al origen de ella, concurren en no menor medida, ciertos temas que son difícilmente capturables en una sola disciplina, o por un único sector, trátese de materias, tales como: pobreza, medio ambiente, seguridad ciudadana, desarrollo local y regional, pero también en tópicos tradicionalmente sectoriales, como: pertinencia educacional; perfiles epidemiológicos en salud, fomento productivo, etc. Mas, no es menos cierto que esta tendencia puede ser interpretada como aquella contra cara del proceso de globalización, a través de la cual las colectividades, las empresas y los poderes públicos buscan evitar la dilución de las identidades, en medio del tráfico sin fronteras de bienes y servicios.Los gobiernos regionales, con el apoyo del Ministerio de Planificación de Chile, de sus secretarías regionales y con el valioso concurso de diferentes socios nacionales como internacionales, viene desarrollando en los últimos años múltiples estudios e intervenciones metodológicas orientadas a abordar el desarrollo - con identidad - de los territorios y estimular la cooperación de los poderes públicos y la sociedad civil a nivel central, regional y local. Esta presentación expone brevemente algunas de estas experiencias e ilustra sobre sus efectos y restricciones. En primer lugar, hemos analizado las Estrategias de Desarrollo Regional a lo largo de la década de los 90', y su influjo sobre otros instrumentos de naturaleza territorial o sectorial. Enseguida, nos hemos referido al Plan Regional de Desarrollo Urbano, el cual ofrece una visión territorializada de las orientaciones generales consensuadas en la Estrategia Regional de Desarrollo. Ambos instrumentos deben ser aprobados por el Consejo Regional respectivo, por ende pudiere presumirse que esta instancia - encargada a la vez de resolver las prioridades regionales en materia de inversión pública - mantiene la clave vinculante entre plan e inversión. Más aún cuando el Plan Regional de Desarrollo Urbano constituye el marco de referencia a seguir por los planes reguladores comunales e intercomunales como por los planes seccionales. En tercer lugar, focalizaremos nuestra mirada sobre aquellas experiencias metodológicas impulsadas por la División de Planificación Regional del Ministerio de Planificación en materia de estrategias regionales de desarrollo, planes de desarrollo comunal y planes de fomento productivo en el territorio. En cuarto lugar, nos referiremos sucintamente a las experiencias protagonizadas por nuestras secretarías regionales y programas especiales (Más Región y Orígenes) en materia de zonificación de bordes costeros y gestión de cuencas, así como en la concepción y sanción de las áreas de desarrollo indígena.

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