La aplicación del Presupuesto Participativo (PP) en la Ciudad de Buenos Aires ha mostrado en su primer trienio bruscas modificaciones que ponen en riesgo la esencia de la propuesta y su carácter de "ejemplo paradigmático", como era promovido por la importancia de la Ciudad en el contexto de LA. El Consejo del PP no juega ningún papel, los temas de escala local- regional y de ciudad no pueden ser tratados, quedan pocos vestigios de la que fue una cuidad metodología para la elaboración de proyectos y prioridades. En la tensión entre espacio público cogestivo y espacio gubernamental abierto a consultas limitadas y controladas está triunfando esta última concepción.

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