La Constitución Europea, desde el artículo 1, hace referencia a la doble legitimidad con la que se crea la Unión Europea (UE), que nace de la voluntad de los ciudadanos y de los Estados de Europa de construir un futuro común. A través de las distintas instituciones que son la base de la futura Unión, se percibe la presencia activa de los ciudadanos en la formación de la vida política, económica y social de la UE. Asimismo, la iniciativa legislativa que era patrimonio exclusivo de la Comisión Europea, pasó en el Tratado de Amsterdam a ampliarse, de manera indirecta, al Parlamento Europeo. Ahora, el Texto Constitucional vuelve a ampliar la iniciativa legislativa a nivel de la Unión, nada menos que a la existencia de la iniciativa popular, que supone un paso fundamental en el desarrollo legislativo y la participación ciudadana a nivel de las políticas públicas.En este sentido, habrá que hacer alusión a los principios de igualdad democrática, democracia representativa, democracia participativa, diálogo social autónomo e interlocutores sociales, el defensor del pueblo europeo, la transparencia de los trabajos de las instituciones, órganos y organismos de la Unión, de la protección de datos de carácter personal, etc. Además, hay que hacer hincapié que, dentro de la ponencia, se pondrá de manifiesto la relevancia del logro de una buena gobernanza, un más nivel de eficacia y una mayor garantía de participación de la sociedad civil en el proceso de integración regional europea.

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