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INAP-AR:CD 45 Congreso IX | Disponible | 010864 |
El problema de la pobreza, la desigualdad, el desempleo y la exclusión social se encuentran entre los problemas sociales más importantes en la agenda pública de los gobiernos latinoamericanos. La recuperación del crecimiento, y la prioridad que se le ha asignado a la política social son dos razones importantes que encontramos para explicar el hecho que, en América Latina, el gasto público asignado a la política social a lo largo de la década pasada aumentó en 50%. El gasto público asignado al gasto social como porcentaje de del PIB, aumentó de 10.4 a 13.1.En México, el gasto social, como porcentaje del gasto público en el mismo periodo, se incrementó de 40.8 a 58.5; y como porcentaje del PIB pasó de 6.5 a 9.1. Las cifras anteriores muestran que en estos últimos diez años, la política social en América Latina en general, y en México en particular ha recibido apoyos financieros sin precedente en la historia. Sin embargo la pobreza se mantiene como uno de los más graves problemas sociales de Latinoamérica. Actualmente, los gobiernos de estos países están buscando formas más adecuadas para enfrentar los problemas de pobreza, desigualdad, empleo. Dos hechos importantes se relacionan con esta decisión de política pública.El primero se relaciona con la generalización de la práctica de evaluar los resultados, y el impacto de las políticas sociales. La evaluación ha servido para documentar las situaciones donde se ha tenido relativo éxito, así como para tratar de entender algunas de las razones por las cuales, las medidas de política social adoptadas, no han tenido los resultados deseados.El segundo es la tendencia a ampliar el alcance de las políticas sociales. Un ejemplo de esta afirmación lo encontramos en el gobierno mexicano con la recientemente aprobada Ley General de Desarrollo Social (LGDS). LGDS amplía el concepto de desarrollo social hacia ámbitos de acción pública diferentes a los tradicionales asociados preponderantemente con el combate a la pobreza. Estos nuevos ámbitos son la promoción del empleo, la reducción de las desigualdades regionales, reducir y evitar la segregación social. En forma más concreta el artículo 14 menciona que la política social debe incluir al menos las siguientes vertientes: Superación de la pobreza mediante políticas de educación, salud, alimentación, generación de empleo e ingreso, autoempleo y capacitación; seguridad social y programas asistenciales; desarrollo regional; infraestructura básica y fomento al sector social de la economía.La lectura de estas atribuciones sugiere una interpretación por demás interesante. Hasta el momento la política social se ha concentrado - y eso está correcto - en la población más pobre. La ampliación de los ámbitos de acción de la política social sugiere la necesidad de generar políticas públicas que atiendan a la población en condiciones de pobreza que hasta ahora no ha sido atendida en forma sistemática. Este es el caso de la pobreza urbana. En México por ejemplo la Secretaría de Desarrollo Social ha estimado que cerca del 35% de los hogares urbanos - 42% de la población urbana - está clasificada como pobre patrimonial. Las características de esta población sugieren la necesidad de diseñar programas que atiendan problemas de empleo - informal y formal -, educación, salud, creación de empresas etc.A partir de 2001 el programa Oportunidades amplió su cobertura hacia la población urbana, sin embargo opera como si la pobreza urbana y la rural - para la que fue diseñado - fueran similares. Sin embargo esto no es así. Sin entrar en detalles un hecho ampliamente reconocido es que el problema de pobreza, tanto en México como en América Latina, es más complicado de resolver por la existencia de una gran desigualdad en la distribución del ingreso. De hecho se ha afirmado que América Latina es la región con mayores niveles de desigualdad en el mundo. Si nosotros obtenemos medidas de desigualdad en la distribución del ingreso entre la población rural y la urbana encontraríamos que existe mayor desigualdad entre la población urbana. A manera de ejemplo en la Zona Metropolitana de la Ciudad de México el municipio con mayor concentración del ingreso es Huixquilucan (coeficiente Gini=0.66) y el de menor concentración es Jaltenco (Coeficiente de Gini=0.38). El primero es un municipio totalmente urbano, mientras que el segundo es un municipio metropolitano con un predominio de actividades agrícolas.En agosto del 2003 la Secretaría de Desarrollo Social denominada "Lo que dicen los pobres" aplicada a hogares que se encuentran en situación de pobreza patrimonial, tanto en localidades rurales como urbanas. Entre los objetivos de la encuesta se encuentra conocer la percepción de la población en condición de pobreza sobre vulnerabilidad y discriminación, así como su opinión sobre temas de justicia y bienestar social. En esta encuesta los pobres afirman que son pobres porque no tienen trabajo. Una cuarta parte opinan que para acabar con la pobreza es necesario que haya más empleo, y otra cuarta parte dice que es necesario mejores salarios.La pobreza está relacionada pues con el empleo, y la capacidad de los individuos para entrar en el mercado laboral.Existe sin embargo dos problemas graves que limitan o mejor dicho conviene tomar en cuenta para el diseño de programas contra la pobreza urbana. Un hecho ampliamente documentado es la desigualdad salarial en México (y prácticamente en todos los países del mundo) Una parte de esta desigualdad está asociada con los mayores niveles de escolaridad de los individuos. El segundo problema, relacionado con el anterior es consecuencia de la forma en que los hogares mexicanos se protegieron contra las variaciones en el ingreso durante los diferentes periodos de crisis económicas, experimentadas en los últimos quince años. Los hogares dejaron de gastar en actividades relacionadas con la formación de capital humano.
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