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Recurso digital |
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INAP-AR:CD 45 Congreso IX | Disponible | 010777 |
En los últimos años nuestro país ha entrado en una etapa de cambios democráticos, en los cuales será ya imposible dar marcha atrás. Estos cambios los vemos materializados en el orden político y de la administración pública federal: pluralidad en los partidos políticos, gobiernos yuxtapuestos, programas de modernización administrativa, congresos divididos, alternancia en el poder, una sociedad civil cada vez más abierta y organizada que exige rendición de cuentas y transparencia en el uso de los recursos por parte de sus gobernantes y que se opone a regresar al viejo régimen donde quienes gobernaban utilizaban el poder y los recursos del Estado y del gobierno con absoluta discrecionalidad y con una falta total de transparencia y de rendición de cuentas.Estos cambios han sido posibles gracias a que los ciudadanos cada día son más participativos en los asuntos públicos y a la vez están más conscientes de la responsabilidad que implica vivir bajo un régimen y un sistema democrático. Pero para que los cambios se hayan dado, fue necesario que existiera un gobierno que respaldara y diera respuesta a las demandas ciudadanas de forma eficiente, eficaz y transparente.Con la actual administración federal los cambios tan demandados por la sociedad han empezado a dar sus primeros frutos. En la actualidad contamos con la ley de transparencia y con el Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI). Esta ley y el Instituto tienen la virtud de transparentar los procesos del gobierno federal y que la ciudadanía conozca la información gubernamental más importante. Existen los programas de combate a la corrupción y para prevenir conductas ilícitas de los servidores públicos. Esta administración se ha esforzado por crear un gobierno democrático en los procesos administrativos.Esto repercute positivamente para la democracia mexicana y da confianza a la ciudadanía en su gobierno. Lo más destacable es que la democracia es "el gobierno del poder público en lo público". Esta definición de Bobbio explica que, en el primer caso, "público" es contrario de lo "privado"; en tanto que, en el segundo caso, "público" es contrapuesto a "secreto". Por lo tanto, la democracia es el gobierno del poder político a la vista de todos los ciudadanos. La idea del Estado constitucional consiste en someter a todos los poderes, sin excepción, al control, al escrutinio y a la publicidad de sus acciones frente a la sociedad que es a quien finalmente se deben. Esto hasta hace pocos años era impensable, ya que el poder político se manejaba de forma autoritaria (contrario a la democracia), con todas las implicaciones que el autoritarismo conlleva.En México vivimos la democracia electoral y la alternancia del poder político a través del Instituto Federal Electoral. Pero esto no es suficiente para democratizar al país. Es necesario que aparejado a los procesos electorales democráticos existan leyes e instituciones que respalden los discursos y las acciones del gobierno federal. Por ello es que la actual administración se ha esforzado por democratizar la administración pública. Pero qué significa la democratización de la administración. Pues bien, significa trabajar con calidad, eficiencia, eficacia, honestidad, transparencia y toda una serie de atributos que impactan positivamente en el gobierno y la sociedad en su conjunto.Esta serie de valores y la forma honesta de hacer las cosas repercuten en la confianza del ciudadano y en la legitimidad del gobierno. Si por legitimidad entendemos el respaldo que la sociedad brinda al gobierno, entonces la honestidad y la trasparencia son factores clave para que haya confianza. Si las personas tienen confianza, entonces estarán más dispuestas a participar de forma activa y organizada al lado del gobierno para atender sus necesidades y demandas más apremiantes. Si hay organización para resolver problemas significa que la población empieza a entender que sólo colaborando junto con las instituciones gubernamentales podrá realizar sus aspiraciones y concretar sus proyectos de vida. Si el gobierno da certidumbre a través de la transparencia y la honestidad la gente comienza a cambiar a su vez la actitud que la ha caracterizado por décadas; actitudes como la desconfianza hacia las autoridades, la apatía en la participación, arreglar todo por medio de la corrupción, etc., formas antidemocráticas de realizar acciones en beneficio personal y no colectivo. Si la manera de resolver las cosas es por medio de la legalidad y la honestidad implantada desde el gobierno, entonces la cultura cívica de la gente también se transforma. Este tipo de cultura se crea con base en valores democráticos que son condición sine qua non a un régimen democrático y a un Estado de derecho. Si el Estado de derecho prevalece por encima de intereses personales y de grupo, entonces la población entiende que la legalidad es funcional y que vale la pena apegarse a ella. Concibe que hacer las cosas por medio de la ley es un paso decisivo para consolidar la democracia en nuestro país.De ahí la importancia en el trabajo del gobierno federal para demostrar que con honestidad y transparencia la gente puede confiar en sus instituciones y en sus gobernantes. La democratización de la administración pública es un factor muy importante para consolidar la democracia mexicana. Si bien no es el único ámbito de su competencia, si es uno de los más importantes ya que a su cargo se encuentra la administración centralizada y paraestatal del orden de gobierno federal.
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