Si en toda intención de reformas "hay propuestas que no son meramente administrativas sino que fundamentalmente políticas en el sentido de que ellas fuerzan redistribuciones de propósitos, no simplemente de procesos..." cabe preguntarse por los contenidos políticos de dichos procesos. O más particularmente en lo que concierne a esta investigación, cabría interrogarse sobre los mecanismos de circulación de dichos contenidos a través de los operadores de los procesos de cambio. Si por otra parte aceptamos que "la presente ola de reformas -NGP- tiene una agenda enmascarada hasta cierto punto por el idioma de la era de la información tecnológica con que todos podemos concordar y por la promesa de que el gobierno será más responsable, amistoso, capaz de adaptarse y eficiente..." entonces podemos también concordar que los cambios realizados en Chile durante los 90, en su explícita referencia al nuevo gerenciamiento del aparato estatal, no hace sino dotar de legitimidad los ajustes realizados durante los ochenta. ¿Cuál es la percepción de los agentes de este cambio? ¿Los ajustes son percibidos en sus componentes políticos? ¿Bajo qué argumentos se han legitimado y facilitado los ajustes?La hipótesis que se configura en estas páginas es que el estilo de segmentación y focalización de la reforma del estado en Chile, ha permitido la operatividad del subtexto de la "tecnicidad" de los cambios como la llave para la legitimación de los ajustes realizados en los ochenta en las reglas del juego del poder en el aparato público chileno. El foco particular está puesto, sin embargo, a partir de las percepciones de actores internos del proceso, como facilitadores o retardadores. Es por ello que se entenderán los procesos de reforma de la administración del Estado como un fenómeno complejo y multivalente, compuesto, entre otras, por facetas de corte social, cultural y psicológico. Las reformas y los cambios asociados a ellas no son lógicas puramente instrumentales donde, una vez fijados los objetivos deseados, sólo se requiere la buena elección de las herramientas técnicas para su consecución. Por el contrario, a partir de la visión compleja del fenómeno, se entiende la necesidad de incorporar elementos del aprendizaje colectivo, es decir, de un proceso "a través del cual un conjunto de actores, que hacen parte de un sistema de acción, aprenden -es decir inventan y fijan- nuevos modelos de juego, incluyendo sus componentes afectivos, cognitivos y relacionales."

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