El propósito de este trabajo es contribuir a la propuesta de desarrollo basada en conocimiento analizando primero la trayectoria de grupos industriales de Monterrey a través del tiempo; revisando la propuesta "actual" del proyecto Monterrey Ciudad Internacional del Conocimiento; discutiendo temas claves en regiones innovadoras; para finalmente hacer recomendaciones a la propuesta de desarrollo de una ciudad del conocimiento.El artículo desarrolla el caso de la Ciudad de Monterrey, Nuevo León, México que busca transformarse de una economía sustentada en la manufactura de productos maduros (commodities) como el vidrio, cemento, acero, tabaco, cerveza, etc. a una economía que utilice la innovación y conocimiento en sectores de alta tecnología (mecatrónica, biotecnología, nanotecnología, software y servicios hospitalarios especializados). El éxito o fracaso de la transformación de las economías regionales exitosas, como el caso de Monterrey, depende en gran medida de las políticas públicas que fortalezcan el triángulo Gobierno-Universidad-Empresa y de su relación con la sociedad. Como respuesta, el actual gobierno del Estado de Nuevo León inició el Proyecto Monterrey Ciudad Internacional del Conocimiento (PMCIC). Hasta el momento autoridades del PMCIC y del gobierno del Estado han: (a) participado en foros donde se gestan consensos entre universidades, gobierno y empresas; (b) desarrollado la infraestructura legal (Ley para el Fomento del Desarrollo basado en Conocimiento) para llevar a cabo el PMCIC; (c) gestado centros e institutos tecnológicos estatales y federales; (d) planificado clusters de empresas locales; (e) establecido lazos con instituciones financieras como el BID; y (f) realizado preparativos para realizar en Monterrey el Foro Universal de las Culturas del 2007 con el apoyo de la UNESO. Por su parte, las universidades locales se han comprometido con la creación de ocho distintos centros de innovación en áreas como Biotecnología, Desarrollo de Empresas de Software, Transferencia en Salud, Ingeniería y Tecnología entre otros. Finalmente, el artículo provee siete recomendaciones específicas: primero, favorecer la incorporación de nuevas tecnologías primeramente en empresas medianas y pequeñas de la región; segundo, permitir que los clusters de empresas locales, participen en la decisión del tipo de centros de innovación y de empresas ancla a atraer a la región; tercero, mantener los empleos manufactureros a través de centros de capacitación tecnológica; cuarto, incentivar el traslado de procesos de manufactura con tecnologías intermedias de los EE.UU. y Canadá a México; quinto, postergar la inversión en nanotecnología: enfocarse en procesos de ensamble de microsistemas; sexto, crear la maestría en microsistemas, que involucre, mecánica, electrónica, software, óptica y química; y séptimo, mejorar la infraestructura para facilitar la movilización de personal a nivel internacional: tren bala Monterrey-Houston.

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